viernes, 2 de noviembre de 2012

EL DIFÍCIL PAPEL DE LOS NUEVOS MANDOS


En una formación impartida recientemente a un colectivo de mandos de la policía local y del cuerpo de bomberos sobre habilidades de liderazgo, se debatieron varios temas de interés. Sin embargo, uno de ellos captó una atención generalizada especial. Quien más quien menos recordó sus primeros pasos como mando y las dificultades que conllevaba el cambio de rol: de un día para otro, quienes te trataban como su compañero/a debían dirigirse a ti como su superior/ra.
Acostumbrarse a este cambio no suele ser un proceso libre de inconvenientes. El nuevo mando intenta, con toda su buena intención, mantener la relación que tenía con sus compañeros, hasta que descubre con pesar que eso no es siempre posible. Hay subordinados que saben que el cambio de estatus de su ex compañero de patrulla conlleva un nuevo rol que puede entrar en colisión con el tipo de relación que llevaban antes, con lo que optan por ajustarse al nuevo estatus no poniéndoselo más difícil aún a su nuevo jefe. Estos son los subordinados que “saben estar”, que comprenden los cambios y se adaptan para favorecer el funcionamiento del trabajo diario.
 
Otros, por el contrario, no dudarán en echar en cara a su nuevo mando el cómo ha cambiado como consecuencia de la asunción de nuevas responsabilidades. Tal vez esperan un trato especial que no se produce. Este grupo es el que suele decantar al nuevo mando a actuar como jefe y no como compañero, habida cuenta de la dificultad que supone combinar ambos estilos.

Pero tras esta decisión, viene la parte más difícil, que es “y ahora, ¿cómo lo hago?”. El nuevo mando se da cuenta enseguida de que le faltan las habilidades necesarias para poder avanzar en su nuevo estatus de líder. Las habilidades de mando no suelen formar parte de la preparación de policías o bomberos, y la mayoría han aprendido de la experiencia o imitando comportamientos de otros mandos.
Los asistentes al curso hicieron una profunda reflexión al respecto y pusieron sobre la mesa una serie de recomendaciones y sobre las habilidades y recursos de los que les hubiera gustado disponer al acceder a su nuevo rol como mandos. Tal vez esta reflexión sirva de orientación para quienes tienen la facultad de preparar a los nuevos mandos de la policía y bomberos.
 
En concreto, estos policías y bomberos comentaron que les hubiera ayudado en el desempeño de sus recientemente adquiridas responsabilidades:

·       Disponer de un periodo de adaptación al nuevo rol.

·       Recibir formación sobre habilidades de mando: estrategias de liderazgo, motivación y automotivación, resolución de conflictos, etc.

·       Contar con el respaldo de otros mandos y de los responsables políticos.

·       Que los objetivos y las funciones del nuevo rol se encuentren bien delimitadas, así como las de los subordinados.

·      Aprender estrategias de autocontrol para relativizar y no personalizar los inconvenientes y problemas que se presenten en el ejercicio del mando.

·       Elaboración de un protocolo de acogida que facilite la adaptación al nuevo rol.